Su cárcel

No se escribir. No me ganaría la vida escribiendo nunca, ni aunque me lo ofreciesen. Dando por hecho que alguien me diera esa oportunidad. No la aceptaría.

Me encanta contar como puedo y como sé lo que me gusta o no, lo que me pasa o lo que me gustaría que me pasase e incluso lo que sueño, lo que veo. Las parejas del parque, al sol, arrumacos y su felicidad, su entrega y sus desengaños. La vida de los demás que al final debe ser, digo yo sin ser psicólogo, algo de vacío. Supongo que eso diría un psicólogo, supongo, o no. Mi imaginación vuela, son historias improbables, azarosas y, probablemente, inverosímiles. Me gusta todo eso, pero aquí. Si otra que vomitar por los dedos y entre las teclas historias. Por eso, una vez más vamos a intentarlo.

Seguramente entre la razón y el corazón existe una delgada línea que no se debe cruzar. No es miedo. Es como la vigilia y el sueño, la caída libre a ningún sitio y la inmóvil sensación que te atrapa cada noche. Luego, después de eso, el cerebro 'resetea' y procesa recuerdos, circunstancias y excitaciones vividas.

La amistad que se tenían impedía cruzar esa línea. Había sido un año intenso. Pero vieron que no había sido más que eso. El nobel había tratado de aprender para crecer, ser honesto consigo, y tratar de ser íntegro. Nada fue recíproco. Nunca lo fue. Fue, más bien, canalla en algunos momentos. Capaz de increpar a quien roba, levantando el mástil y haciendo ondear la bandera de la honradez. Farsante.

Llevaba algunos años ejerciendo el vil arte del engaño y la desconfianza. Anteriores compañeros y en la antigüedad, quizás, amigos, no llamaron nunca a su teléfono. De sus agendas borraron los teléfonos y a sus compañías llamaron para informar que ese número fuera restringido en caso de ser tecleado.

Sólo fue capaz de irse construyendo una cárcel desde dentro. Era bonita, los lavabos era de mármol, la cocina disponía de las últimas novedades y adelantos, tres dormitorios, éstos equipados hasta las escayolas de los techos de todo tipo de comodidades, un recibidor de doble suelo, moderno, sin parangón, exclusivo. Un comedor, que hacia las veces de recibidor y de salón. Todo ello, amén de la calefacción central que había instalado, lo completaba un jardín repleto de barrotes. Así es como lo veía, o al menos así lo contaba. De ella, difícil remedio tenía salir. Era casi imposible. Y cada día que pasaba los barrotes eran más anchos y las oportunidades se iban pareciendo más a un grano de arena. Fariseo.

Se me ha ido. Buenas, y hasta la próxima.

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Carlos Valle

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La música de volver...

Es la música que hace tele-transportarte a otras épocas, la que te emociona o la que te hace pensar, esa es la que merece la pena. Es la música que te conmueve, e incluso, la que te da pie a preguntas al autor, esa es la que gusta la de verdad. Es la música la que te hace oler los pinos.

Enfrascado en El Último de la Fila vivo. Impregnado de pequeño y aun no se por que. En casa siempre escuché a The Beatles y a Juan Luis Guerra. Por medio, de vez en cuando, se oía a Sabina, Serrat o Chavela Vargas. Después, me aficioné a Ismael Serrano. Y más tarde comprendí, y aprendí a oír músicas modernas.

La banda sonora de la vida, la de cada uno, independientemente de la cultura en la que te eduquen, en la que te formes y crezcas. Un do, un sí, y una cosa que tiene forma de almohadilla junto a unas letras. Dentro del pentagrama de tu vida, con tus opciones, con tus películas, con tus historias, con tus idas y venidas.

Esas cinco líneas serán las que marquen, desde que naces e intuyes, hasta que eres consciente de lo que pasa a tu alrededor. Te devolverán, como regurgitar, recuerdos ya almacenado y aparcado. Diluidos, disueltos, dispersos, desaparecidos. Eso creías. Ahí están, tus recuerdos te acompañarán toda la vida y de nexo existirá una melodía que hará que todo lo que recuerdes sea en color o en blanco y negro.

Así, desempolvo este blog. Como diría Brendan Gleeson en The Guard: "Nos vemos"

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Carlos Valle

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Semana clave [a la enésima (vez)]

Cuando te estas jugando la vida te da igual si los dos mejores equipos de este planeta ganan la liga, la champions, la copa o el trofeo de la galleta. Tu te estas jugando la vida. La vida en el fútbol pasa por estar en el escaparate de una de las mejores ligas del mundo, la vida pasa por evitar, como en un circuitos entre las piedras del lago cubierto de cocodrilos, las tres últimas posiciones de la tabla clasificatoria. Por ahí pasa la vida de un Racing maltrecho, casi roto, bombardeado, maltratado y vejado.

Esta semana que entra, si no lo fueron las anteriores, estamos ante una de las cruciales para el futuro del equipo cántabro en este año 2012 y en esta temporada 2011-2012. El lunes; Espanyol, el jueves; Sevilla y el Domingo; Betis. Plazas duras de donde salir ilesos si queremos seguir estando en la UVI y no entrar en la UCI con un coma futbolístico, deportivo, social y económico irreversible.

Es imprescindible, de vital importancia o como se quiera llamar al menos sacar cinco puntos de los nueve en juego para conseguir una nota de cinco, es decir de suficiente, en la evolución semanal. Sobra decir que menos de esos puntos supondría un suspenso directo así como todo lo contrario si ocurriese de manera inversa.

Desde que ha llegado Álvaro Cervera parece que el muerto a resucitado, pero ya se sabe, hasta que no veamos evolución no sabremos si estamos ante una progresión favorable o ante la iluminación antes de la muerte, es decir, despertarse, parecer haberse recuperado y 'palmar.'

Confiemos, ya que es confiar o morir.

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Carlos Valle

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Día mundial de la radio

Hay que retomar las viejas constumbres... leer, caminar, sentarte al borde de una roca y mirar al vacío y, por supuerto, volver a escribir. Reconozco tenerlo abandonado y reconozco ahora que me esta costando seguir un ritmo constante con las teclas. Será cuestión de tiempo.

Hoy es el día mundial de la radio y hoy quiero contar la eterna historia. Siempre que me pregunta alguien por esta pasión por la radio le contesto explicándole con esta historia. Desde bien pequeñito, desde que tengo uso de razón, recuerdo haber dormirdo con la radio. Recuerdo haber empezado a dormirme con RNE Clásica y sentirme encantado de la vida de que las notas de la música clásica sirvieran para reblandecer mi dura cabezota. Más adelante conecté con J. M. García en 'SuperGarcía', seguido con 'El Tirachinas' de J. A. Abellán, recuerdo a Abellán en una charla que dió en Santander explicando el nobre de su programa deportivo nocturno, dijo algo así como "Nosotros somo es tirachinas que ataca al imperio de Jose María García." La verdad que no se si son las palabras exactas pero algo asi entendí. Más adelante me pasé a la SER y a 'El Larguero' y a día de hoy sigo pasando las noches con 'El Larguero' Ciertamente cada día me convence menos J. R. De la Morena pero 'ya me he hecho'

Y así han trancurrido mis noches radiofónicas hasta el día de hoy. Por eso es inevitable, deduzco, que me guste la radio. La radio en general, de aquí y de allá, desde el 87.7 FM hasta el 108.0 FM ese es el abanico.

Quiero contaros un secreto de alcoba, cuando duermo, soy de los que hablo, o balbuceo. Por todos esos motivos y por muchos más que me guardo, como dijo el gran Pepe Rubianes, un 'rinconcito' para que escarbe el gato.

Os prometo que voy a intentar actualizar a menudo esto. Pero... ¡Ojo!, no os prometo que lo vaya a actualizar a menudo, sino que lo voy a intentar.

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Carlos Valle

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Parque de La Llamas en Santander

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Carlos Valle

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