#Racing100


¿Sabes que es lo peor de todo? Ese momento en que el vivo, pasa a muerto y de blanco pasa a negro. Deja de respirar, se apagan la luces y sabes que la enfermedad puedo con él. Lo fue minando poco a poco. Reventando con pequeñas explosiones por dentro, como si fueran pequeñas cédulas terroristas que minan el campo de batalla.

Al Racing, que hoy cumple cien años, todo un anciano, hoy, estos días, estos meses, estos últimos años no le han tenido el respeto de un centenario y le han tratado como si fuera un simple mocoso que no entiende de nada. Que nada más dice babosadas y que si opina o comenta cualquier cosa sale uno más mayor y dice, textual, “Calla, hombre, que tu no lo has vivido” Debieran haberle respondido, “Calla, hombre, que tu no lo has leído”

Le han propinado patadas en las manos, la cara, los dedos, la nariz, los ojos, los lobulos parietales, -izqu. y drch-, el mentón, el estómago, en sus piernas e incluso en el culo, la han maltratado hasta sus balones, le han dado, si se me permite la expresión, de hostias, arriba, abajo, al medio y es sus tercias partes si era necesario. Fuerte, flojo, engañándolo, distrayéndole, eseñándole la palma de una mano y dándole el bofetón con la otra. Navajas, cuchillos, pistolas, puños americanos, bates de béisbol, estacas podridas.

Podridas sus bocas han estado desde el día que su llanto amenazó al mundo, incompetentes que nunca has tenido un sentimiento, y que seguramente, sea tan respetable como el que viene a hacer dinero de la participación emocional de un aficionado, que desde pequeño vestía la camisola de “TEKA”. Si, respetable. Porque el error quizás no sea de ese especulador que arrasa con todo lo que se le pone delante y entre los dedos, sino de quien ha dejado hacer y deshacer en un sentimiento que finalmente se convirtió en dinero (dinero, dinero y dinero), que roza lo religioso y que cada domingo se ora por su alma, a distancia o en la misma parroquia, junto a los peregrinos deambulan y feligreses que no se pierden el día de D y la hora H. Que está marcado en el calendario en rojo desde que comenzó el año.

Es tan complicado todo. Es discernir entre sueño y realidad `Calderoniense´, distinguir entre sentimiento y especulación. Amor y dinero. El amor es ese nene que va al campo de la mano de su padre, abuelo o familiar con esa bufandita del tamaño de un antebrazo adulto, gorro como con capacidad de una balón de fútbol sala y sonrisa, emoción contenida, sorpresa y admiración por unos jugadores, campo, estadio y congéneres animosos de gradas excitadas. Dinero no te digo lo que es, pero si te digo que suele venir encorbatado.

Con todo ello, y más, en este 23F, donde en España se produjo un asalto al congreso de los diputados por un bigotudo pistolero, seguramente resentido y jodido por la libertad que antes solo manejaba él en su círculo de poder, también nació un club histórico, nuestro club histórico (e histérico), nuestro viejo Racing.  

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